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8 17.12.2021 Siempre he presumido que disfruto más de trabajar con mi cabeza -pensar- que con mis manos. Pero, en secreto, siempremehagustadocoser. Yo era una alumna bastante regular en laclasedeeducaciónparael hogaro al menos así me sentía al ver el resultado de mis trabajos de costura. Mis puntadas eran torcidas y mi tela nunca estaba impecable. Me sudaban las manos a mares. A pesar de todo eso, coser me gustabayenlasvacacionescontinuabadándolea esos proyectos de hacer un delantal, bordar un mantel ocoserenpuntodecruz. Talvezporesohaceunosdíasmeapuntéenun curso de Entre Puntadas(veanmás en la pag 25). La promoción decía más o menos así: “si cosiste en laescuelayyaseteolvidó”. La cita era en una cafetería preciosa cerca del ParqueMetropolitanoydel clubecuestre. JoanaGirónfuelamaestra.Aprendimossobre los tipos de hilos, el cuidado de la tela, el uso del bastidor yahacer cuatropuntadas y, hayquedecirlo, tambiénrepasamosel ensartarunaaguja. Pero antes de empezar con nuestra primera puntada la maestra nos invitó a ser amables con nosotrasal coser. Sí, porque no podemos empezar a coser juzgando lomal que lohacemos, comparandonuestro trabajocon ladeal lado (allímevinoel recuerdodemisdíasdeescuela).Tambiénnoshizosaber que cada costura será diferente porque todas las manos loson:haymanosmásfuertes,manosque sudan (lasmías), más que tiemblan omanos que sepinchanconmás facilidad. No me extrañó saber que Joana tampoco había sido la mejor de su clase de costura en la escuela. Casi al terminar el taller algunas ya querían apuntarsealsiguientecurso.Nuestrainstructora, muy sabia, nos estimuló a seguir practicando las puntadasqueacabábamosdeaprender,practicar bastante. Quizás para lograr un bordado auténticoperomenoschueco. POR LA SOMBRITA ELLAS.pa [email protected] A BORDAR AUNQUE SALGA CHUECO TOMÉ UN CURSO DE BORDADO Y APRENDÍ QUE CADA PUNTADA ES ÚNICA, PROPIA Y ASÍ DEBEMOS ACEPTARLA. ROXANAMUÑOZ

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