ellas_2021_12_17

44 17.12.2021 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ SE ME HABÍA OLVIDADO JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA Hace unas cuantas semanas, vislumbrando que se acercaba el Día de la Madre, decidí queparaquemis hijos tuvieranundíamás tranquilo, sin las ochocientas paradas acostumbradas para el día 8 de diciembre, tendríaunacenitaenmi casael siete.Meparecíasúper sabio de mi parte, ya saben…uno y su ego, pues así podríamos disfrutar tranquilos sin corredera y, sobre todo, hasta un poquito más tarde pues los nietos no tendrían escuela al día siguiente. Confeccioné una tarjetita virtual, se lasmandé e invité ami mamá y ami suegra, las dos grandes cabezas de familiasgigantescasymuyvariopintas.Solo las tres hijas que están actualmente en Panamá y las abuelas/bisabuelas. El evento sonaba íntimo y fácil de manejar. Una de mis hijas recogería a mi mamá y mi esposo traería a la suya pues le quedaba en el camino de vuelta de una reunión. Hasta ahí todo perfecto. Sin embargo, se me había olvidado un pequeño detalle y es que en este país nuestro llamado Panamá, el día antes del Día de la Madre se forma un desmadre parecidoal findelmundo,más aúnsi los empleadosdel gobierno han cobrado su décimo tercer mes por adelantado. Y así como se forma la tormenta perfecta, la ciudad fue víctima de un colapso total. Me cuentan, porque yo la única salida que hice la efectué pasaditas las siete de la mañana, que no había calle, avenida ni recoveco que se salvara del tranque total. Mi esposo, regresando de la reunión que les mencioné, optó por hacer una parada técnica en la casa de sumamá (aquiéndebía recoger a las seis ymedia) porque se dio cuenta que jamás de los jamases podría llegar a casa y regresar a buscarla. Le había tomado hora ymediallegaralasprimerascallesdeBellaVistadesde el Puente de lasAméricas. Una hija, estuvo encerrada en Punta Paitilla por igual tiempo. En fin, el asunto estuvo tétrico. Y yo, que me las había querido pasar de buena gente, con el sentimientode culpabilidadalborotado tansolodepensar que todo elmundo estaba atorado sin salvaciónalguna gracias ami invitación. Al final todo elmundo llegó ydisfrutamos de la cena quemehabíaquedadobastantebuena, sinembargo, yo que ya me jactaba de haber iniciado una hermosa tradiciónparacelebrara lasmadresahoranoparodepensar que el próximoaño se repetirá estapelícula cuadro por cuadro y así mismo será en los años por venir. No se me ocurre cómo evitar que los invitados tengan que pasar por el mal rato de estar atorados en el tráfico por unmínimo de dos horas. Quizás los invito a dormir a mi casa el día antes o, en el peor de los casos, me hago la chiva loca porque ya saben cómo es esto de lascelebraciones: paraelDíade lasMadres, lasmamás trabajan para celebrar su día y para el Día del Padre trabajan para celebrar a papá. Y lo mismo ocurre en Navidad, Semana Santa, ¿Cuándo será que alguien más las celebre en los días importantes de su vida? Así comoquehayaundíaenquenosepongaunoeldelantal y a nadie le importe que las pailas estén bocabajo…Yo aquí, pensando en voz alta. “Yo, con el sentimiento de culpabilidad alborotado tan solo de pensar que todo el mundo estaba atorado sin salvación alguna gracias a mi invitación.”

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzk3OTIx