ellas_2021_12_17

10 17.12.2021 CAFÉ CON TECLAS ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas QUERIDO AMIGO QUÉ EXTRAÑO SE SIENTE SABER QUE ALGUIEN SE ENCUENTRA, PERO YA NO ESTÁ. SARITA ESSES Parecen idénticas, pero quienes hemos llorado sabemos quenohaydos lágrimasque sean iguales. Algunas salen de los ojos, otras brotan del corazón. Lasquerodaronhaceunosdíaspor mi cara sabían a finales inconclusos; erancafénegrosinendulzar. Es cierto el refrán que dice que las personas llegan a nuestras vidas por una razón, una temporada o para siempre.Aunqueheafinadolaciencia de descifrar por cuánto tiempo o con quéfinalidadestán losotrosen lamía, me resulta un pocomás capcioso discernirquéhagoyoenlavidadelosdemás. De niña, mi mamá me introdujo al término “pen pals”, amigos por correspondencia. Aún conservo las cartas tapizadas de calcomanías, escritas por manos pequeñas como las mías, que me llegaban por correo, en un alegre intercambio con primas y amigas.Ahora,mi penpal eraun señor demanos arrugadas, que no me escribía con una pluma, sino con un teclado, a través de Facebooke Instagram. Mi querido amigo era un entusiasta lector de mi columna y unávidocomentarista. Siempre tenía alguna sugerencia, que yo a veces recibía con una sonrisa, yotrasconexasperación. Fue un caballero, la voz de la sensatez, perpetuo optimista. Sabía cosas que yo desconocía, deculturaengeneral yconsejos parami vidapersonal. Susoídos apañaron mi voz cuando más nadie me quería escuchar. Nunca se quedó corto de palabras amables, ni guardó secretos; al contrario, compartió generosamente. Fue un buen amigo, confidenteysinceroaliado. Nuestros intercambios a veces se prolongaron por horas. Puedo imaginarlo escribiendo con esfuerzo, los minutos amontonándose mientras buscabalas letrasensuteclado,hasta que se materializara un párrafo en la pantallademi celular. Si por algún motivo me retrasaba los jueves en publicar mi columna, no demoraba en preguntarme que dónde estaba. Y recordando eso es que me doy cuenta que empezamos a entender la vida, cuando extrañamos aquelloquenosmolestaba… Lamentotantonohaberdetectado a tiempo que algo estaba fuera de lugar. Cuando losmensajes empezaron a ser erráticos, enun revoltijode idiomas, loatribuí aerroresdededo, apuro, distracción. Me enteré muy tarde que el olvido se infiltró en su consciencia como una espesa bruma. Me entristece pensar que fui un faro en esa neblina, pero no tuve la oportunidad de brillarporélmás. Querido amigo, qué extraño se siente saber que alguien se encuentra,peroyanoestá.Qué confuso es saber que queda tiempo, pero no la posibilidad. Espero que estas palabras te encuentren para darte las gracias y decirte que fuiste, eres, muyespecial. Para ti mi buen amigo, chapeau.

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