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26 12.03.2021 EN FOCO ELLAS ENTRE NOS LATINTADEUNA PROFESIONAL Una doctora en primera línea ante la pandemia, una productora que cubre el Super Bowl y una maestra de pre-escolar se desempeñan en sus pro- fesiones con la libertad de lucir sus tatuajes mien- tras cumplen sus metas profesionales. por. Solangel Hurtado Mendoza fotos. cortesía D esde2019, en las fuerzas armadas de países co- mo México y Estados Unidos, se permite que sus oficiales lleven ta- tuajes. Ese mismo año, Air New Zealand se convirtió en la primera aerolínea del mundo en permitir que su per- sonal de vuelo los luzca en zo- nas como manos o cuellos. La empresa de aviación sondeó entre sus trabajadores y clien- tes el nivel de aceptación que ahora tienen estos diseños per- manentes como forma de ex- presión o símbolo cultural. Mujeres en la política tam- bién los llevan visibles. Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en su brazo lleva una rosa en home- naje a su banda favorita, Depe- cheMode. Laparlamentariade 50 añosNanaiaMahuta se hizo en 2016 un tatuaje facial tradi- cional maorí. Desde 2020, es Ministra de Asuntos Exterio- res deNuevaZelanda. En Panamá se derriban ca- da vezmásmuros para las per- sonas tatuadas, en profesiones donde el arte con tinta ha sido inusual. Importan más las ca- pacidades y menos los prejui- cios. DOCTORA ENMEDICINA Ana Lucía Quintero En su cuenta de Twitter, la doctora Quin- tero publicó una fotografía del momen- to en el que le aplicaban en su brazo ta- tuado su primera dosis de la vacuna contra la covid-19. Es una de las profe- sionales de la salud que trabaja en la primera línea ante la crisis sanitaria contra el coronavirus en Panamá. Tiene varios tatuajes en los brazos, que con su uniforme son visibles. Lo que se tatúa no necesita tener un significado ni una gran historia por detrás, solo de- be gustarle. El primero de ellos se lo hizo poco antes de ingresar a la facultad de medicina. A sus compañeros de clases les gustaban sus tatuajes, pero muchos decían que no se atrevían a hacerse alguno por te- brazos. Antes de la pandemia, siempre trabaja- ba con bata y por eso sus pacientes no veían sus tatuajes. Ahora, siempre usa manga corta. En el hospital, algunos co- legas de más edad le han dicho que sus tatuajes les parecen 'feos y que no la hacen ver profesiona'l; personas cerca- nas a ella también la han juzgado; le de- cían que no conseguiría trabajo y que no sería tomada en serio. "Me pregunto por qué uno debe dejar de hacer lo que le gusta o sacrificar su personalidad solo para satisfacer a per- sonas con pensamientos de siglos pa- sados. Un tatuaje no determina tu de- sempeño como profesional. No está bien juzgar a otros solo por su aparien- cia. En mi experiencia, si haces bien tu trabajo no importa cómo te veas, siem- pre van a querer trabajar contigo". Sus primeros años como médica los es- tá trabajando en una pandemia. Cuenta, que en ocasiones donde el hospital ha estado cargado de pacientes, aprecia trabajar con personas agradables que la motivan y que a pesar del cansancio, siempre lleva la satisfacción de estar ayudando a la gente en medio de una crisis. "Tengo la esperanza de que todos se vacunen pronto y esto quede en el pasado" La doctora elige tatuajes con diseños flores, espaciales o de personajes, como Jack de la película The Nightmare Before Christmas, una de sus cintas favoritas. mor al rechazo en futuras oportunida- des de trabajo o al qué dirán, sobre todo en un ámbito como la medicina. Cuando se empezó a tatuar lo hacía en lugares que pudiera cubrir con su ropa. Sintió más confianza cuando era inter- na y vió a doctores residentes y a es- pecialistas tatuados. Empezó a hacerlo en lugares más visibles, como en los

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