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31 28.08.2020 ELLAS.pa y educativo que había visto”. Cuando en los años sesenta se forma el Departa- mento de Expresiones Artísticas se encargó de la sub-dirección y formó la primera compañía de teatro universitario. TEATRO EN LA SALA DE UN APARTAMENTO A los 45 años de edad se jubiló anticipadamente, como entonces podían hacer los maestros. En casa pasaba el día escuchando a los hijos de los vecinos ju- gar día y noche en el patio trasero del edificio. Se le ocurrió ofrecerles, sin costo, clases de teatro que dic- taba en la sala de su apartamento. Se corre la voz. Pronto ya no caben los niños en el apartamento de dos piezas. Habla con los directivos de la escuela que tenía al lado, la que hoy es Primer Ciclo Panamá, en calle 44 BellaVista, para que le per- mitieran un espacio. Enesepuntoyael gruponecesitabaunnom- bre. ¿Quizás el de un cuento infantil?, pensó. Habló con su amigo el dramaturgoAgustínDel Rosario quien al oír a los niños llamarla tía le dijo: “ellos ya te han dado el nombre, usa ese vínculocon losniños yponleTeatro Infantil Tía Dora”. Los sábado en el patio de la escuela Primer Ciclo Panamá dictaba las clases y cobraba un dólar. Pero no dejaba de preocuparse por los niños que veía pasar todo su tiempo libre en la calle, cuyospapásnopodíanpagar una clasede teatro. Así empezó a visitar las escuelas públi- cas cercanas Pedro J. Sosa, Escuela Venezuela y Escuela Federativa de Brasil; buscaba niños contalentoparaqueparticiparanbecadosenel Teatro Infantil TíaDora, debían vivir cerca pa- ra que no tuvieran que gastar en transporte, y mantener buenas notas. Al formarseel InstitutoNacional deCultura su director el profesor Jaime Ingram le ofreció la sala de Panarte para que los niños tuvieran la clase allí. En lamañana iban losniñosquepodíanpagaryen la tarde los becados. Ambos grupos aprendían teatro, danza y folclore. Pilares fundamentales de la enseñan- za artística para laTíaDora. “Era una artista completa, nadie se la ganaba di- señando vestuarios, escenografías y regateando en Calidoniaadonde iba todos losdíasparaencontrarba- ratillos para los vestuarios de los niños”, cuenta suhija y agrega que “discutía con los dueños de los almacenes y luego conseguía que le donaran las cosas. Solo ella lograba eso. Ellos la querían”. “Los que la conocían sa- bían que si era para los niños no le importaba pedir y cuando veían el trabajo que hacía no le decían no”. Con la ayuda de mecenas y amigos consiguió una subvención del gobierno para el teatro. Ya con una en- trada fija mensual se mudó a un lugar en La Exposi- ción. Allí daba crema y galletas a los niños que sabía lle- gaban sin desayunar o almorzar. Luego se mudaría al lugar donde aún permanece el teatro enPerejil, arribade laLibreríaCultural. El local fue una fábrica, una sala amplia sin divisiones que tía Dora fue adaptando. La escuelita, como le llamaba, ya podía ofrecer cla- ses en horarios fijos y a más alumnos. Esto permitió autogestiónarse ymantener las becas. El grupo de teatro hacía obras infantiles en el an- fiteatrodelMuseoReinaTorresdeAraúz,cedidoporel INAC. También con esa institución llevaban obras a diferentes provincias. Xóchitl Mckay acompañaba a sumamá a las audiciones para aprender a descubrir talentos. Al descubrir a uno decía: “ese niño o niña tiene ángel” y lo vio en varios que luego se dedicarían al teatro: Marisín Luzcando, Melisa Velarde, Edilka Osorio, Rocío Arrieta y Raúl Bernal, quienes siguieron el teatro profesional. Pero también descubrió bailarinas, como Gloria Ba- rrios, que hoy dirige el Ballet Nacional. Su dedicación le duró hasta su último sus- piro, el 11 de noviembre de 2012. Con su hija sos- tenía largas conversaciones nocturnas. Le pe- día que no olvidara a los niños y que contribu- yera a que el arte no se convirtiera en una una actividad elitista. Por eso, cuentaXóchitl, nació laFundaciónTíaDora. Enérgica. Con un carácter fuerte. Sus ideas eranfeministas.Sehizoespacioenunmundode hombres, sin dejar de lado a los más vulnera- bles, DoraMckay logró ser la pionera del teatro infantil enPanamá. ’ERA UNA ARTISTA COMPLETA, NADIE SE LA GANABA DISEÑANDO VESTUARIOS, ESCENOGRAFÍAS Y REGATEANDO EN CALIDONIA PARA SUS ALUMNOS’. Xóchitl Mckay y Daira Paredes, en la función anual de 1982. Las ‘Princesitas Mandonas’, obra presentada en dicembre de 2019.

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