Ellas_20200626

28 26.06.2020 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ RECUERDOS SENSORIALES JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA C inco sentidos tenemos, cinco sentidos para ayudarnos a circular por la vida entendien- do lo que ocurre a nuestro alrededor. Sabe- mos que existenpersonas ymuchas que por diferentescausascarecendeunoovariosde estos sentidos y cada una enfrenta un escenario dife- rente. En algunas, otros sentidos se desarrollan más, ayudándolas así a su desenvolvimiento. No cuento con suficiente información técnica como para disertar so- bre el tema, pero en términos generales por ahí va la cosa. Quienes llevan años siguiéndome saben quemi sen- tido del olfato no es muy bueno y por consiguiente esa capacidad que tienen algunos de identificar hasta el más remoto sabor en un bocado a mí me falta. Sé que jamás podré llegar a ser una excelente catadora de vi- nosporquealmomentodeencontrar “unas levesnotas de frutos del bosque” yo entro en una cueva oscura en cualquier bosque olvidado del universo. El asunto funciona así y se los cuento porque lo in- vestigué, no porque lo supiera. Nuestras papilas gus- tativas solitas por su cuenta pueden identificar los sa- bores salado, amargo, dulce y agrio. Sin embargo, para aquellos sabores compuestos por una combinación de los primarios, necesitamos que entre a trabajar el ol- fato. Usando los colores para entender el concepto, re- conocemos el azul y el amarillo, pero el verde jamás lo veremos. Hoy les hablaré en cierta forma de los sentidos fí- sicos, pero más que eso del efecto que ciertas percep ciones logradas a través de ellos generan en nosotros. No sé ustedes, pero para mí hay eventos que desen- cadenan un tumulto de experiencias guardadas en el baúl de los recuerdos. Ocurre pues que sentir el olor a hierbamojadadespuésdeunaguaceronosequedaallí, no señor. En un segundo estoy en el campo, con mis botas de caucho, bien despelucada a pesar de la cola que me hice en la mañana temprano antes de salir en busca de aventuras. En ese campo suelo tener en la mano un palito que sirve no solo de apoyo para conquistar terrenos difí- ciles sino también para hurgar debajo de las piedras donde viven las arrieras o para tumbar unmango o un montón de ciruelas traqueadoras. Un palito en el cam- po, amigos queridos, es una herramienta indispensa- ble, casi tanto como el machete que nos ayuda para abrirnos pasopor losmontes tupidos ypara aplastarle la cabeza a las culebras. Cuando me detengo momentáneamente puedo ver queel lodocubrenosolomisbotas sino inclusounbuen tramo de la basta de mi pantalón y ha llegado también al antebrazo y sin querer a la mejilla izquierda. Ya sa- ben… con ese movimiento que se usa para despejar la carasellevaaellaloqueestéenlapartedelbrazoquese usa para limpiarla ¿o ensuciarla? Casi siempre hay voces alrededor porque las aven- turas siempre son más divertidas cuando se hacen en grupo. Si tengo suerte llego hasta el arroyo que alguna vez pensamos que era un río y cuando el regalo esmás grande aún algo sucede en aquella orilla. ¿Un fogón de tres piedras con un sancocho? ¿Una hoja de zinc con pepitas de marañón? ¿Unos democráticos empareda- dos, o la cosechade caimitos que llevamos en la “bolsa” que hemos hecho con lapartededelantede la camisa a modo de panza de canguro? Yyaquemencionoloscaimitostengoporfuerzaque reconocer que aparte de aquellos pocos olores que lo- gropercibirhayunoscuantos saboresque tambiénme toman de la mano y me llevan de paseo. Con las man- darinas llego indiscutiblemente al Valle de Antón y a las grandes batallas que se armaban con los frutos que los árboles habían sembrado alrededor de sus patas, y si de pomarrosa hablamos, no sé, creo que me siento princesa y no sé por qué. Vuelvo al concepto aquel de que al que le dan por un lado le quitan por otro y vi- ceversa y destaco que si bien me dieron poco gusto y olfato en imaginaciónme regalaron un pocototón. ¡Me alegro! “ Sé que jamás llegaré a ser una excelente catadora de vinos porque al momento de encontrar “unas leves notas de frutos del bosque” yo entro en una cueva oscura en cualquier bosque olvidado del universo. ”

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