24 29.04.2022 Porque llevo aentendermibelleza, ladedentroy ladeafuera.Graciasami abuelayamimamá, unamujer tambiéndevaloresymetas,profesionaldeéxito e independiente, me he sentido siempre muycómodaenmi piel. Como cualquier joven he cambiado de estilo, siguiendo las modas, he llevado el pelo corto, largo,dediferentescolores,peronuncahesentidorechazopormisraíces,nipormisrizos.Me acepto porqueme he sentido aceptada desde muyniñaymeayudaronencasaaentender la bellezade las diferencias. Es unorgulloquehe inculcado también ami hijo, Óscar, de 10 años, queempiezaadefinir quiénes yestá resultando un joven curioso y muy abierto, que ha heredadomis rizosy losadora. No legustaque le corteel pelo. En la escuela, tanto para niñas como para niños, deberían tomar en cuenta la importancia del cabelloenlasprimerasmanifestacionesde identidad de los jóvenes. La sociedad afortunadamente es más liberal o más consciente y ya no imponemos tantos condicionamientos PROFESIÓN estéticos mientras nos estamos formando. Es importanteexperimentarparaaprender. En el trabajo, como abogada, y ahora en un puestopúblico, hesentido la libertaddeexpresarme conautenticidad, yesaposibilidadañadevalora loquehaces. Séquecuando las llevo estoyenviandounmensaje,yesomegusta.Estoyrepresentandoami país, queesmestizo. Es un privilegio, como mujer, como afropanameñay funcionaria inspirar aotros. ‘Sí sepuede’. Ya lodijoel presidenteObamay lecreo. Yo tambiénhepodido.Quieroquemuchasniñasy niños lo sientan así. Este es unmundo plural y todosdebemostenerespaciosen igualdadpara nuestras manifestaciones culturales, históricas... Es la clave de la convivencia. El respeto al otro desde el conocimiento y el reconocimiento. ¿Las trenzas ayudan? Yo digo que sí. Hablan por mí, por lo que soy y por lo que represento. En este cargo que ahora ocupo, mi voz es también la de otros y hay que alzarla cuando es necesario, para participar, para construir ”. el pelo rizado… Marta Elida Gordon, viceministra de Relaciones Exteriores “Este camino de identidad y aceptaciónlo empecé hacemucho tiempo, sin darme cuenta, de lamano demi abuela paterna Delfa. Sin saberlo, ella me estaba preparando para este momento,enelquesientoelorgullodequienes me han ayudado a ser quién y cómo soy. Con granpaciencia,porqueerauntrabajoarduoen el queyogeneralmentenocolaboraba, ellame tejía el pelo, mi inmensamelena de niña, yme hacía ‘obras de arte’, como ella misma las llamaba. -‘Mamá, déjameel cabellosuelto, paramoverlo’, ledecíayo. Y con paciencia de abuelame convencía yme volvíaa sentar entre suspiernas, contándome larguísimas historias y escuchando las mías hasta completarme el peinado. En ese ritual tanfamiliar,entretejiótambiénorgulloderaza, aceptaciónyamorpor lopropio.Ellameayudó ENTRE NOS ELLAS
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