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8 29.10.2021 POR LA SOMBRITA ELLAS.pa
[email protected] LECTORAS EN VOZ ALTA CUANDO LAS MUJERES SE REÚNEN PARA LEER, LAS LETRAS HACEN FIESTA. ROXANAMUÑOZ E l lunes 18 de octubre nos reunimosen laBiblioteca Nacional por el Día de la Escritora, una fecha que desde 2016 festeja la Bi- blioteca Nacional de Es- pañayalaqueseunePanamá. Cae el lunes más cerca del 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Ávila, pionera en mu- chosámbitos, escritoraypensa- dora. Semanas atrás Dayana Rivas, de la biblioteca, me avisó que buscaban voluntarias para leer ese día. Me apunté con mucho gusto. Y ahora les voy a explicar porqué. Los textos que íbamos a leer estaban bajo el paraguas de un tema, esta vez tocó Leer las edadesde lavida . Unos días antes llegó ami co- rreoelfragmentode Eljardínde lascenizas delapanameñaGlo- ria Guardia. Los textos, de auto- rasiberoamericanas, loseligióla arquitecta Gladys Turner con su periciadecuradora. Empezamos a las 10:00 a.m. en un salón con aforo limitado. La primera en leer fue la direc- toradelaeditorialBibliotecaNa- cional, Briseida Bloise, con Es- posa de Escritor , de la mexica- na Paola Tinoco, sobre engave- tar sueños para apoyar (y sacar de las cantinas) a un esposo es- critor parrandero y desobliga- do. La abogada Ana Matilde Go- mez leyó Pájaro sin alas , de Ai- da Judith Castrellón. Nos aden- tró a la vida de dos amigas de la infanciaquese reencuentranen unacomidaparacomparar figu- ritasdevidaehistorias.¿Alaque le fue mal en realidad le fue bien? La comunicadora Rita Otero leyó DereinasyMaestras ,dela bocatoreña Consuelo Tomás, sobre una miss que se prepara contodoparaganar. La escritora, periodista y mi profesora de la universidad, Gri- selda López, leyó Mode- los demujer deAlmude- naGrandes. Casi una decena de textos se escucharon en dos horas. Luego, el mi- crófonoseabrióparaque quien quisiera leyera una página o fragmento de su propiaobra. En ese encuentro con masca- rillas, no éramos todas escrito- ras.Sí éramosamantesde la lec- tura como aquel personaje del cuento de Clarice Lispector Fe- licidad Clandestina , que leyó Priscilla Delgado, gestora cultu- ral. Disfruté descubrir historias y autoras. Gocé escuchando a las letras envoz alta. Amí nome in- viten a hablar enpúblico, pero sí a leer. En segundo año de secunda- ria, en el Instituto Justo Arose- mena, el profesor deespañol Ni- colásAlonzomedijo: ‘Muñoz,us- ted ha leído excelente’. Era un párrafo de Platero y yo . Desde entonces, no hay quien me baje deesanube. Perohayunamagiamayor en serescritora.Unade las lectoras fue presentada como ex diputa- dayexcandidata.Ella,queseex- cusó por no ser escritora y se confesó ávida lectora, dijo que deberíaalgúndíaescribir,puesa nadiese lediceexescritora.
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