ellas_2021_07_30

12 30.07.2021 CAFÉ CON TECLA ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas OTRO EMPRENDIMIENTO RECUERDEN SIEMPRE LEER LA LETRA MENUDA. SARITA ESSES S i leyeronmiúltimacolumna,saben a quéme refiero cuando hablo de los “emprendimientos” de mi hijo Gabriel.Sino,vayanunmomentito a ponerse al día, ya que esto no es Star Wars y acá no hay precuelas. Enestacolumnavamosenorden. Peroenresumen,enelviajequehicimosa Cabo San Lucas la semana pasada, Gabriel, de 11 años, se ofreció a ser mi fotógrafo per- sonal por lamódicasumade$5(al día). Meparecióunesquemaprovechosopara todos:paramí,quetendríafotosbonitaspara elrecuerdoymisredes;paraél,queseperfila como un verdadero hombre de negocios; y paratodas lasotraspersonasami alrededor, que estarían exentos del fastidio de tomar- mefotos. Todoseveíasimpleydescomplicado, solo queno lofue. Empezandoporel primerdía. “Gabu, ¡tómame una foto acá!”, le dije cuando llegamos a la marina. Clic, clic, co- menzóbien, hastaqueempezóareírse. “Ga- briel, ¿de qué te estás riendo?”, pregunté con malicia, porque lo conozco, y soltó una carcajada. Cuando me asomé a ver la pan- talla de su celular, había tomado fotos muy lindas, seguidas de un close-up de mi cara, mis dientes, mi boca…“¡Borra eso!”, senten- cié. Alratocaminamosparaabordarlalanchi- ta. “Mami, espera, párate ahí”, me ordenó. Yo, feliz, le hice caso, ya que para eso lo con- traté. Y la verdad era una toma muy pinto- resca. Tanto, que ahora tengo una de sus fo- toscomofotodeperfil enmiWhatsapp. Clic, clic, clic, comenzó bien, hasta que vi que empezó a girar el celular. “Gabriel, ¿qué estás haciendo? ¡No me tomes fotos chue- cas!”, a lo que me respondió: “Confía, ma, confía”, pero no, yo no confío, porque me gustan las fotos rectas y bien centradas. Cuandotratadeser avantgarde ,mecortalos pies, opeor, unpedazode lacabeza. Nos montamos en el barquito. Disfruta- mos el paseo y las hermosas vistas al agua turquesa. Cuando nos aproximamos a El Ar- co,unaformaciónrocosallamativaylaatrac- ciónturísticamáspopulardelárea,obvioque había que sacar buenas fotos. ¿Y saben qué esmejor que un fotógrafo informal? Dos fo- tógrafos informales. Aquí es donde reclutéa Cosa#4. “¿Quéeee?”,brincóGabrieldeinmediato. “¿Cómoasí? ¡Si yo soy tu fotógrafo!”,me re- clamóresentido.Debodecirqueesverdad, lo contraté a él, y sí tomamuy buenas fotos (la mayor parte del tiempo). PeroJonathan tie- neunmejorcelularqueelsuyoyhastaelmío. Por ende, el potencial para una foto memo- rableesmayor. Tratédeexplicarleesto,peronohuboma- nera. Ni siquiera diciéndole que el celular de suhermanotomafotosenmodoretrato, wide angle y otras funciones que ni él ni yo tenemos. “Escoge, ¡él oyo!”, ymeamenazóconbo- rrar las fotos que yahabía tomado. ¿Ysaben algo? Yo no recuerdo haber accedido a una cláusuladeexclusividad. Pero lomejor (peor) de esta contratación fue al día siguiente, y por lo que di por ter- minadoesteacuerdo.Entodoelpaseonoto- móni unafoto, ycuando lerecordéel paque- te“ilimitado”quemehabíaofrecido,mecon- testóqueélnopuedetomarfotoscuandotie- nesed.“Perositecompréunasoda”, ledije.Y resultaserqueenlaletramenudadenuestro arreglo verbal, no vi que aplican restriccio- nesdehambre, sed, sueñoocansancio.

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