ellas_2021_06_25

10 25.06.2021 POR LA SOMBRIT ELLAS.pa [email protected] CUANDO LAS COSAS TIENEN PIES ‘PATITAS PARA QUE TE QUIERO’ PARECEN DECIR, A VECES, OBJETOS Y DOCUMENTOS IMPORTANTES. ROXANAMUÑOZ L a experiencia más sobrenatural que he tenido meocurrióunamedianoche.Ustedespensarán ‘obvio’,peronoesloquecreen.Estabaenmica- sa, en pijama, tratando de encontrar la cédula juvenil demi hija. Sí, ahora los niños tienenuna identificación.Norecuerdoni paracual trámite mehacíafalta,peroeraalgoimportante. Busqué en el sitio en que debería estar. No estaba. Busquéenmi cartera, en la carterade supapá, entre los papeles importantes de la casa. Y desde allí todo fue cuesta abajo. Busque en el librero, en una tinaja donde guardo chécheres (con perdón de las expertas de la or- ganización), detrásde lapeinadoraporquepodíahaber- secaídoallí. Tengoqueconfesarqueenlacasayosoylaquepierdo las cosas. Yme losuelen recordar, esomemolesta. Pero allí estaba yo enmedio de la noche a punto de darles la razónotravez. Estaba por completo desesperada. Volví a buscar en todos los lugares que ya había buscado. Aunque sabía quenolaibaaencontrar.Tambiénrecordéaquellodeque cuando pierdes algo es inconscientemente a propósito. Peroyono tenía tiempoqueperder enesospensamien- tos. RecordéaunacolegaquerecomendabapediraSan Antonio que aparecieran las cosas. Se lo pedí y no fun- cionó. Entonces se me ocurrió una solución desesperada. Ibaabuscaren internet. Desdequemi hijanacióhe tenidoquerendirmeal he- chodequeen internethayrespuestaparacasi todo. ¿No funciona el extractor de leche? Se soluciona con un tu- torialdeYoutube.¿Noveopordóndeseleechaelaguaal juguete bebé llorón para que lloré? En internet alguien debe tener la respuesta. ¿Quiero sacar una mancha de slime delaropa?Allí tambiénencontrélarespuesta.Pen- sé que quizás internetme propondría alguna técnica de hipnosis o algo para refrescar mi memoria. Escribí en la barradeGoogle: “Cómoencontraralgoquesetehaper- dido”. ¿Qué creen? Había varias respuestas. Y, claro, las leí. Encontré una solución, aunque disparatada, pero reco- mendada pormás de dos personas. Me agarré a ella co- mo a un chorro de agua. Debía buscar un lazo rojo ama- rrarloydecirunaspalabras. Pocos minutos después empecé a buscar de nuevo. En un cartapacio, que antes había abierto, allí estaba la cédula.Muertade larisa. Increíble. Despuésmedio tanto temor quepenséque había invocado a un espíritu o había abierto un portal a otro mundo. No quiero hacerlo más. Pero si tienen cu- riosidad, busquenen internet.

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