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30 11.06.2021 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DETRÁS DEL MOSTRADOR ROSA ¿DÓNDE ESTÁS? por: MARISSA SIU A l principios, o a mediados, del año 2018 lle- góRosa a la puerta de nuestra cuevita. Era nuestro primer local donde teníamos que convivir, producir y atender clientes en un espacio de 38mts2. Se presentó como Rosa, la vecina, que tenía un hijo chico en la escuela y estaba disponible para ayudar en lo que se necesitara. Yo teníami equipo completo (y el espacio no habría aguantado otra persona), mas sabía que a la vecina de al lado que tenía una empresa de bordados, podría ve- nirle bien alguien que la ayudara unas horas. Me fui a tocarle lapuertaa lavecinayasí empecéaver cadavez más aRosa. Era de cuidadosa en cada bordado, en atender a los clientes y en cuidar el negocio, como si fuera suyo. Cuando seme abrió otraplazahablé con la vecinapara entre lasdosofrecerleuntrabajode tiempocompletoa Rosa. Rosa trabajaba con la vecina en la mañana. Al mediodía, ibaabuscaralhijoalaescuelaquequedabaa unas cuadras. Se traía a Manuel al local, le daba al- muerzo y luego él hacía sus tareas mientras ella aten- díalatienda. ¿Oeraal revés?Norecuerdobienelacuer- do, peroRosame corregirá al leer este artículo. Tiene unamemoria increíble. Sabía los nombres de los clientes, sus gustos, los cumpleaños de todos los compañeros de trabajo, y ¡hasta me acordaba los de mis amigas y familiares! Quizás no todo estaba en su memoria. Pero ella tenía su mecanismo para anotar y recordarnos paraqueninguna fecha importante se es- capara. Nosolobuscabaayudarasufamiliaeconómicamen- te. También buscaba crecer y aprender de todo lo que se le ponía enfrente. Y si algo no se le ponía enfrente, ella veía la manera de acercarse. Buscaba como ser productiva y eficiente. Sabía que si lograba tener su trabajo en orden, tendría tiempo para aprender algo más. También ayudaba a empacar y decorar dulces. Al- gunos dirán que Rosa era un conga. Que estaba dando de más o que debió pedir un aumento. A estos les digo que partir un dulce parece sencillo, mas partirlo y em- pacarlo para que se vea presentable al ojo del cliente y que cada vez que se parte se vea igual, tiene su ciencia. Y Rosa entendió eso. Y por eso ante alguna oportu- nidad de crecer dentro de la empresa, ella estaba de primera en la fila. Tocó mudarnos a un local más grande, lejos de la vecinade los bordados. Yahora, ¿cómoharíamos?Pri- mero hablé con Rosa para ver si estaba dentro de su alcance trabajar en la nueva ubicación ya que también quedaba más lejos de la escuela de Manuel. Ella dijo que se las arreglaba. Y lo hizo. En las mañanas lo lle- vaba a la escuela y se venía al local a trabajar. Al me- diodía, el busitotraíaaManuel directoal local dondese quedaba hasta queRosa cerrara la tienda. Un poco antes de celebrar nuestro primer aniver- sario en el local nuevo, me cayó la noticia: Rosa y su familia se mudaban a Portugal en busca de un mejor futuro. Me lo dijo tres meses antes, así es de respon- sable. Aún me comunico con ella y sigue siendo la misma. Encontró un trabajo que le da la oportunidad de prac- ticar su nuevo idioma y así fue aprendiendo a hablar portugués. Siempreme pregunta cómo va el negocio y nos sigue en Instagram. Pronto se cumplen dos años desde que Rosa nos dejó. Sigo esperando que vuelva a tocarme la puerta. “ Ya voy para dos años buscándola, por lo que no me refiero al bot del MINSA. ”

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