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25 14.05.2021 DARLEAMORALOS RIZOS La mercadóloga Yohana de Cantera y su hija Valentina, de ocho años, comparten los mismos productos para sus cabellos rizados, los mismos que mamá usa des- de hace 21 años. Siempre compran el mismo champú, acondicionador, crema hidratante y crema para peinar (que venden en cualquier supermercado). "El secreto que descubrí después de muchas pruebas es que no es la marca, lo importante es saber y entender tu ca- bello y la forma correcta de aplicarte los productos", menciona mamá. Dice que Valentina, desde que nació, sa- be que el proceso del lavado de su ca- bello, e inclusive a la hora de dormir, es “darle amor". Ya sabe que debe usar acondicionador, alguna crema de hidratación para po- der contrarrestar la humedad en Pana- má, que nunca se debe aplicar fijador, que no se debe peinar en seco y que el cabello debe estar libre para que los ri- zos tomen su forma. Yohana menciona que cuando ella era pequeña no existía ningún producto pa- ra cabello rizado, e incluso su mamá se ELLAS.pa VALIOSA, SINCAMBIAR Cuando su niña tenía poco más de un año, Roxana Muñoz, editora de revista Ellas y columnista de Por la Sombrita , decidió dejar el alisado. Gran parte de su decisión fue para que su hija viera por sí misma que a su mamá también le gustaba lucir su cabello natural. Gabriela, o Gaby como le llama de cariño, cumplirá siete años en agosto. "Para mí era importante que ella aceptara su cabello como lo tiene, su cabello bo- nito, propio de ella". En casa a Gaby le halagan su cabellera, le regalan muñecas con pelo rizado (como el de ella) o ven cortos animados como Hair Love , donde un papá aprende a peinarle el afro a su hija. También, si ven en la calle a una niña con rizos comentan lo bonita que se ve. Una anécdota especial sucedió este año. En las clases virtuales de teatro de Gaby hicieron una obra que trataba sobre la autoestima. A cada niño se le preguntaba qué era lo que le gustaba de sí mismo. Cuando llegó el turno de Gaby ella respondió que le gustaba mucho su cabello. "Quiero que se sienta valiosa por quien es, que no tiene que cambiar. No es que quisiera que nunca se hiciera ‘blower’ o se alise; si lo llega hacer es porque ella quiere, no porque lo tenga que hacer, o porque siente que no encaja", comenta Roxana. Cuando peina a su hija trata de nunca decirle que está enredado o despeinado. Cuando ella decidió dejar el alisado hace algunos años, ya algunas mujeres mos- traban sus rulos naturales y había disponible más productos para el cuidado es- pecífico de este tipo de cabello que no existían cuando ella era niña. Admite que aún no logra "manejar" bien sus rizos o tenerlos "perfectos", pero asegura que por ahora no tiene contemplado volver al alisado. Entre ella y su hija usan los mismos productos, pero siente que a su niña le fun- cionan mejor que a ella (tienen diferentes rizos). "Con cualquier producto los rizos de ella se ven espectaculares". Sugiere los productos sin sal y sin tantos parabenos. Usa por ejemplo los de la marca Bioland. Recomienda a otras mamás ir probando productos hasta encontrar uno que le funcione. hacía relajante porque no sabía cómo tratarlo. “Yo crecí con trenzas y siempre recogido peinado muy bonito, pero nunca suelto. Mi mamá hizo lo posible para mantenérmelo desenredado y pei- nado con lo poco que encontraba en los supermercados". En la secundaria le hacían ’bullying’ por sus rizos y tuvo compañeras que le de- cían que su cabello parecía un trapea- dor. Por eso le pidió a su mamá que se lo alisara. "El proceso era horrible, tenía que estar esclavizada, además no me sentía como yo misma". Cuando se graduó y conoció a su novio (actual esposo) él vio fotos suyas con sus rizos y le preguntó que por qué no lo usaba así. Ahí comenzó su transición. Como anécdota especial recuerda que su bisabuela (Necta) utilizaba su cabe- llo trenzado, "yo jamás he visto cabello rizado más hermoso y más cuidado que el de ella; el verla peinarse para mí era un verdadero placer cuando era niña. También vi a mi abuela (Tina) utilizar afro; ver sus fotos con afro de su juven- tud era lo más emocionante para mí". Recomienda a las mamás, que no saben cómo tratar los rizos de sus hijas, a te- ner mucha paciencia, descubrir que ti- po de rizo tienen y probar poco a poco lo que les funciona. “Darle libertad a los rizos, dejarlos sueltos para ir descu- briendo qué forma toman. Decirles a sus hijas todas las veces que puedan que su cabello rizado es hermoso, que es muy alegre y con personalidad pro- pia”.

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