ellas_2021_02_26

10 26.02.2021 CAFÉ CON TECLAS ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas MI PRIMERA VEZ DICE MI HIJO QUE QUIEN NO SE HA HECHO AL MENOS UN HISOPADO, NO HA VIVIDO COMO DEBE LA PANDEMIA. SARITA ESSES L e tenía más miedo al hisopado, que al covid. Lo acepto sin pena. Loquepasaesqueunonoseper- catacuandoseexponeocontagia del virus, mientras que para la pruebasabes, conel corazónpal- pitante de aprensión, que en segundos te van a introducir una vara de un metro de largopor el orificiode tunarizyvanahur- gartehastapincharteelojooelcerebro. Obviamenteestoyexagerando,peroen mimenteasí percibía latemidaprueba. Cancelé dos viajes por la reticencia a hacerme lapruebaobligatoriaparavisitar algunosdestinosyparapoder ingresar de nuevoanuestropaís. Prefiero quedarme enmi casa, que ha- cerme un hisopado. Prefiero seguir ha- ciendoZoomsdemalagana,quesometer- me a un hisopado para poder visitar a mi familia. Prefiero aislarme y hacer cuaren- tenas innecesarias, que considerar un hi- sopado. Tenía reservado otro viaje, y temía que esta ibaa sermi terceracancelación. Pero mis hijosme animaron a queme hiciera el examen(ok,voyasersincera:seburlarony unomepreguntóque si estoy tratandode romper algún tipo de récord. Admito que me habría preferido concluir la pandemia sin lanecesidaddehabermehechouno). Asíqueprogramamoslacita.Meloibaa hacer yo, y dos de mis hijos que también iban a viajar. Uno conmigo, y otro por su cuenta. “Amigo, por favor me hace el examen quenoduele”, lepedí al técnicoquevinoa domicilio.Ustedespensaríanqueibaares- ponderme que no me preocupe, que eso noduele.Pero¡no!Medijo:“Losdosduelen igual”. Omaigat , pensé. Lerespondí, como quien trata de extender un puente de en- tendimiento, que no, que quiero el exa- men que no es tan profundo, y me sale con “señora, los dos son profundos y duelenigual.Loquecambiaesel análisis del examen”. “Hasta aquí llegué”, pensé en alto. Llaméamihijoyledije,“Mirey,¿yatienes tu carta notariada? Creo que no la vas a necesitar, porque acabo de cancelar el examen”. “Mami, sorry , pero no nos vamos a quedarenningúnPanamáporquetienes miedodehacerteunhisopado. Mehicis- te cancelar una reunión importante, así queahorate lohaces”.Ybueno, teníara- zón. El técnicoresultónoser tandesalma- do. El examennomedoliónimolestóna- da. Yo estaba orgullosa de haber supe- radoel trauma, peromi otrohijome sale con:“mami, ¡nosuperastenada!Eseexa- men que te hicieron no fue un hisopado deverdad”. Puesmi narizdiscrepa. Viajamos, volvimos, yenel aeropuer- tomehicieronotro. Enesesímetocóex- clamar, “¡por favor, ya, ay, no más!”, mientrasmelohacían,perofueporloflo- jaquepuedoserparaalgunascosas. Recordé aquella época, en los años 90,enquetenerunhuecoadicionalenla oreja estaba de moda, pero yo no me atrevía. Al final lo hice, y quedé tan sor- prendida de que no me dolió nada, que para no desperdiciar el temor que había sentido, decidí abrirme otromás. Andu- vecontresaretesenmi oreja.

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzk3OTIx