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12 18.12.2020 CAFÉ CON TECLAS ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas A LA SOMBRA DE DOS CARROS LA AMISTAD ES UN TESORO Y LA DE ELLA ES PARTE DE MI FORTUNA. SARITA ESSES A gachadasentreloscarros.Así nos encontró la clase de edu- cación física un sofocante día en nuestro sexto año. Mien- tras las zapatillas de las de- más rechinaban sobre la can- cha, nosotrasbuscábamos refugiodel sol y de la profesora. Ninguna de las dos era tan buena en basquetbol como para que nuestrapresenciafueraextrañadaporal- gunodelosequipos. En ese entonces, la cancha era un pe- dazo de estacionamiento con rayas y co- lores sobre el piso, y las canastas, unos monolitosconruedas. En nuestra rudimentaria trinchera in- tercambiamos confidencias, sueños y tristezas. Lo que más recuerdo, incluso décadasmástarde,eslatristeza.Enpocos meses terminaríamos la escuela, ymien- trasparalamayoríadelgradoelfuturoera unatierraprometidadeposibilidades,pa- ra ella era un colosal signo de interroga- ción. Su gran ilusión era perseguir una ca- rrera en sicología, pero un hogar rico en amor y acaudalado en valores no parecía suficiente para costear sus estudios uni- versitarios. Pero aun así lo logró. Sus pa- drescreyeronenellay ledieronmásde lo quetenían.Mi amiganosolo lo logró; des- colló. Apesardequedespuésdegraduarnos nuestraamistadfuecomo lamarea, acer- cando y alejando el agua de la orilla, el tiemponosobsequiómadurez,lafacultad de derrotarmalentendidos e incluso reír- nosdeellos. Seguimos caminos distintos, pero pa- ralelos.Ycuandode loscostadosdemi vi- da se fueron desprendiendo rocas, ella, consu lealtad, cariñoysabiduría,meayu- dóa levantarlas ydespejar el trayecto, in- cluso cuando mis rodillas flaqueaban y meprovocabaquedarmeacostada. Susoídoshanescuchadomis secretos ymis traumas, y aunque a veces le he de- latado que estoy a punto de cometer el mismo error que ya me ayudó a superar unas14veces,nomejuzga,regaña,niser- monea por mi torpeza. Mis respetos para lapacienciaquetiene. Quésuertequehayaalcanzadosusue- ño, esesueñoclaroenunanoche incierta, porque en él encontró cobijo gran parte demi realidad. No sé si recordará ese día, hace años, escondidas entre dos carros. Cuando la responsabilidad de ser adulto fue rom- piendo el cascarón de la adolescencia. Cuando a pesar de las nubes, salíamos a buscarunarcoíris. Yoesemomentolotengoarchivadoen mi cajón de memorias preciadas, y con- trastando el pasado con su presente, mi granadmiraciónesparaella.

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