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8 16.10.2020 CAFÉ CON TECLAS ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas LA HISTORIA SIN FIN YA SE VA A ACABAR EL AÑO ESCOLAR, Y TODAVÍA NO HE DOMINADO LAS CLASES EN LÍNEA. SARITA ESSES M uchoantesdequeexistierael PS4, XBox, incluso antes que se inventaran los Nintendo, Sega y Atari, habían juegos electrónicos de bolsillo. Eran muy rudimentarios, con una solapantalla,yconobjetivosmuybásicos. El primeroque tuve -y vale lapenamen- cionarquetodavía lotengo, aunquenosési aúnfunciona-eraunrectángulorojoconal- gunosbotones. Aloprimirelbotóndeencendido,unMic- keyMouseseanimabaenel centrodel apa- rato.Elobjetivoeraapañarconunacanasta loshuevosquecuatrogallinas ibanponien- doen loscuatroextremosde lapantalla. Al principio ibanponiendo loshuevosde uno en uno, lentamente, pero conforme ibanpasando lossegundos, loshuevos iban saliendo más rápido, y hasta de las cuatro gallinasa lavez. Si dejabascaerunhuevo, perdías. Revisando las tareas de mi hijo Gabriel en estos días, recordé de pronto ese juego. Las tareasson loshuevos. Ya llevamos desde marzo con las clases enlíneay,sorprendentemente,ensieteme- ses no he sido capaz de dominar la situa- ción. Pronostico que se va a acabar el año escolar y todavía tendré tareas pendientes del primer trimestre. ¿Sedieroncuentaquedije"tendré"yno quemi hijo "tendrá"? Sí, porque esto es un yugo que llevo sobre mis hombros. No es que yo sea lamamámás dedicada del Goo- gleClassroom,peroaélnoleimportaesque ni unpoquito... Un díame senté cerca de él durante una de sus clases por Zoom, y antes de que se terminara, escuché a su maestra decirle: "Qué bueno que te conectaras, Gabriel. Es- peroseguirteviendo". Sonó una sirena mental en mi cabeza. "Gabriel",ledijeconmitonomásominoso. "¿Qué quizo decir la maestra con eso?", porque obviamente, para ponerte feliz de ver a alguien, es porque hace tiempo que no lohacías. "Ella siempre le dice eso a todos", me contestó. "¿Tú estás SEGURO?", insistí conmimiradaderayosfotónicos,ymedijo quesí. ¿Qué creen? Algunos días después me citó su consejera para hablarme de la ina- sistenciadeGabrielasusclasesenlínea,lo que no entiendo, porque cada vez que en- tro a su cuarto, lo veo conectado, solo que noséendónde. Ese chiquillo es capaz de hacer cual- quier cosa, loque sea, con tal denoconec- tarse a las clases o hacer sus tareas en un tiempooportuno.Desdealgoinocente,co- moiralbaño,hastaunaactividadmegaes- trafalaria, como ponerse a adiestrar una lagartija (esto es verídico. Mi imaginación nomedapara inventaralgoasí). Hacepoco, otramamáenel chatdel sa- lón aconsejó a las demás que soltemos un pocoanuestros hijos. Le respondí,más en serioquedebroma,quesilosueltounpoco másGabriel vaaaparecerenCostaRica. Quisieraqueaprendaasermásrespon- sableyqueestépendientedesusdeberes, pero si no estoy encima de él, pasa lo que mepasólasemanapasadaydescubroque tiene 24 (sí, ¡24!) asignaciones sin entre- gar. Después de mucho esfuerzo de mi/nuestra parte, ya solo tiene/tenemos tres tareas pendientes. El detalle es que van cayendo las nuevas asignaciones, así comoenel juegodemi infancia. Ojaláquediciembre llegue rápido, para queestaMickeypuedadescansar.

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