ellas_2020_09_11

30 11.09.2020 ELLAS ENTRE NOS Envía tus inquietudes y preguntas a: [email protected] DEL DIARIO DE MAMÁ TIEMPO PARA PENSAR JULIETA DE DIEGO DE FÁBREGA A unque el ejercicio de pensar se ejecuta constantemente, muchas veces pensamos soloenasuntosdeapremiante inmediatez. El tiempo para pensar de verdad, aunque ocasionalmente sea en la inmortalidad del cangrejo, suele ser escaso. Eso nos coloca en una si- tuación de desventaja de cara al futuro pues vivimos dentro de los límites demañana o la próxima semana. Eso no significa que no tengamos sueños para eje- cutar en un futuro un poco más lejano que el anterior- mente mencionado, pero sí quiere decir que no sabe- moscómoextraer tiempodeotrasactividadesparade- dicarle a los planes que requieren dichos sueños. En general nuestras mentes han sido entrenadas para priorizar de ciertamanera. Dependiendo de cada quien el orden de las priori- dades puede variar ligeramente más estas suelen in- cluir familia, trabajo/profesión, quizás las aficiones y las actividades propias de cada una de estas activida- des. La ironía es que muchas veces los sueños caen en una de estas categorías. No sé si me explico. La segunda ironía es que, al igual quemuchas veces ocurreconleer,dedicartiemposoloapensarnospuede parecer tiempoperdido.Muyraropuessedeberíacon- siderar actividad de primerísima importancia en la vi- dade todos. Extraernos de la voráginede sobrevivir es atodaslucessaludable.Noesperemoshastajubilarnos para empezar a practicar el ejercicio de pensar. Sabemos que hacer ejercicio físico es saludable y si no lohacemospor lomenossentimos laculpapornues- tra “vagancia”. Bueno pues, pensar es el ejercicio de la mente y también es necesario para la buena salud, o más aúnque el ejercicio físicopues a veces en la cuarta o quinta edad, cuando ya el cuerpo no da para correr, siempre podemos pensar, pero si no hemos adquirido esa destreza será difícil empezar después de viejos. Como todos los hábitos, se puede empezar de a po- quito e ir aumentando poco a poco el tiempo que le de- dicamos. Encuentro que si uno escoge en tema, cual- quier que sea, y le dedica unos minutos al día ayuda al pensante a enfocarse. Y resulta que cuando hay enfo- que enun tema eso lo lleva a uno a investigar unpoco, a buscar fuentes de información adicional, las neuronas se activan, se desata toda una cadena de bondades que siempre conducen a un buen lugar. Lo mejor de todo es que, si bien es cierto que sacar un lugar y unmomento de paz para pensar, también se puede hacer mientras uno realiza otras actividades mecánicas. Si uno sale a caminar solo, es unmomento ideal para pensar. Si estamos picando ajo y cebolla, po- demosaprovecharelmomentoparapensar, debajodel chorro de la regadera es un rato fabuloso para pensar, el asunto es tener una ventana de “soledad”. ¡Ah, pero la soledad también es mal vista! Cambiemos pues esa nociónyaprendamosacompartirtiempoconnosotros mismos. Sé que actualmente el país pasa por tiempos difí- ciles y a muchísimos panameños les ha tocado rein- ventarse para subsistir. Siento profunda admiración por cada una de esas personas que con valentía, más que perder el tiempo patinando en la autocompasión, cerraron momentáneamente los ojos, hicieron inven- tario de sus destrezas, pensaron… pensaron y empe- zaron a caminar. Imagínense hasta donde podríamos llegar en tiempos normales con dedicarle un tiempo a pensar. “ El asunto es tener una ventana de “soledad”. ¡Ah, pero la soledad también es mal vista! Cambiemos pues esa noción y aprendamos a compartir tiempo con nosotros mismos. ”

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzk3OTIx