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10 28.08.2020 CAFÉ CON TECLAS ELLAS.pa [email protected] @cafeconteclas U EN TWITTER ACOMPÁÑENME A VER ESTA TRISTE HISTORIA SOBRE LA CULTURA DE LA CANCELACIÓN. SARITA ESSES M ás rápido de lo que demora ex- plotarungloboconunalfiler fue lo que tardó la emoción en dar paso,primeroalhorror,yluegoa ladecepción. Los jóvenes habían compartido en sus redes sociales el afiche del conversa- torio que habían organizado para la campaña antibullying del movimiento que empezaron hacedosaños. El nombre de la actividad era 'Un poco de todo', y estos muchachos estaban orgullosos dehaberconseguidoaloscincopanelistasque convocaronparaquefueranpartedeella. Nohacefaltaquemencione losnombresde los oradores; basta con decir que los que co- nozcome simpatizan y los que no, los respeto. Todos estaban anuentes de con quién iban a compartirelZoom,enelquecadaunotomaría la palabra para abordar un tema puntual: a toestima, resiliencia y el manejo de las plat formasdigitales, entreotras. ElaficheaterrizóenTwitterylejosdege- nerar el entusiasmo que los adolescentes pensaban, los verdugos de las redes so- ciales llegaron veloces a cercenarles -sí, conmotosierra- el ánimo, su iniciativay ponerlosenmodocontrol decrisis. ¿Cuál fue el detonante de esta reacción? Que uno de los panelistas, un joven a quien le gustan los cerea- les y los Tesla, fuera considerado como un "bully" y un "misógino" por las voces que se alzaronenprotesta. Reconozco que este personaje es contro- versial,irreverente,yquelamayoríadesus270 mil seguidores en Twitter e Instagram o lo aman o lo detestan. Pero mal que bien, tiene una historia que contar: es un crack de la tec- nología, y a pesar de haber estado preso -pre- suntamente por una persecución política-, ha sabido sobreponerse. La verdad no vi mal que narrarasuhistoriaenunconversatorioqueiba atratardetodounpoco. Pero la indignación, los insultos y la inmun- diciaquecorrióenloscomentariossorprendió a los organizadores e hizo que varios de los otrospanelistas replantearansuparticipación en el mismo. Al final, el movimiento -confor- madoporadolescentesde16y17años-decidió cancelarel evento, paranotenerquetomar la- doconningunodelosadultos,yporquelamen- tablemente el desenlace era contrario a todos losvaloresquebuscanpromover. Tengo tanto que decir, que no sé con qué empezar. YosoyunasimpleturistaenTwitter,unfrágil microcosmos perpetuamente a punto de im- plosionar. Noentiendo a las personas que em- pacansusvidasyacampanallá. Tampoco sé por qué todo el mundo se con- siderapaladínde los temasmásbanalesydes- perdicia tanto de su tiempo discutiendo con personasquenoconocen, yqueestán igual de aburridas, en asuntos muchas veces inconse- cuentes. Hemos puesto resistencia a la nueva "nor- malidad" que nos ha gravado la pandemia, ¿pero han pensado en que ya antes del coro- navirushabíamosnormalizadosituacionesto- talmente insólitascomoesta? Aunque las redes sociales son un espejo y un medio poderoso, no son el mundo real. Di- chosos aquellos que no tienen celulares inte- ligentesyseahorranel drama. Vivimosenunpaíslibre,yasídelibresomos deescogerver,seguir,leerloquequerramos.Si algonotegusta, onoteparece, no loveasyya. Peropor alguna razón, lanzar opiniones como si fueran confeti negro se ha vuelto una obli- gación. Es posible ver algo y no tratar de im- poner tu punto de vista, en especial si es un tema del que no estás adecuadamente infor- mado. Me dolió por los organizadores del evento, uno de los cuales es mi hijo, porque sé todo el empeño y la intención que dirigieron a su pro- yecto. Por supuesto, debemos alzar nuestras vo- cescuandoalgoestáverdaderamentemal,pe- roestenoerael caso. Quierorecordarlesatodoslosactivistas,fe- ministas,expertosautoproclamadosentemas variosyalospaladinesdelajusticiaimaginaria que hasta los cactus más espinosos florecen unavezal año.

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